Son las 6 AM y recién puedo hacer un rumbo directo aunque sigo penando contra la adición opuesta de una corriente adversa de 3,5 knts, un viento de 20 knts exactamente de W que es hacia donde quiero ir y un oleaje revoltoso que frena desviando permanentemente el rumbo del piloto.
Llevo 10 horas luchando contra la corriente y todavía, ¡a este ritmo me quedarían 5 horas hasta adentrarme en el Estrecho!
Como pasó con Gata, hoy Gibraltar eligió mostrarme su cara más hostil y hostigarme buscando el límite de mi paciencia.
No he podido dormir en toda la noche por el intenso tráfico y la alarma AIS que pita en cada aproximación.
Venceremos, Clinamen.